miércoles, 31 de diciembre de 2014

Una visita a los bosques del Norte

Bosque templado del Este: Norteamérica la bella
Hace ya varios meses, tuve la oportunidad de completar mi grado de maestría (o máster) en estadística en cierta Universidad localizada en el Suroeste del estado de Virginia, en los Estados Unidos de América, y durante los dos años que pasé en ese maravilloso lugar no perdí la oportunidad de observar, aprender y gozar de uno de los lugares con mayor biodiversidad: El bosque templado caducifolio que cubre todo el territorio estadounidense al Oriente del meridiano 100⁰ W (justo al Oeste del río Mississippi) así como una pequeña parte del sureste de Canadá. Aunque el territorio es enorme y desde luego no lo visité cabalmente (por desgracia, esa es una tarea que consumía tiempo y dinero más allá de mis posibilidades), al menos trataré de exponer las características climatológicas y florísticas de las zonas en las que llegué a estar de visita, aún si su duración fue más breve de lo que me hubiese gustado.
Hortensia o hidrangea (Hidrangea quercifolia), uno de los arbustos con flores más bellas del Este norteamericano que, aunado a su hermoso color púrpura en sus hojas durante el Otoño, lo hace una especie altamente valiosa como ornamental.

A diferencia de las montañas intertropicales templado-húmedas. en estos bosques caducifolios de latitud media las epifitas son casi inexistentes; en cambio, las trepadoras son conspicuas, como la trepadora de Virginia (Partenocissus quinquefolia, de hojas otoñales rojas), y parras nativas (en la foto, Vitis rotundifolia, de hojas amarillas).
Rododendro (Rhododendron), abundante en bosques mesofíticos mixtos, existen 27 especies en Norteamérica.
Trilio de hojas grandes (Trillium grandiflorum), una de las especies herbáceas más emblemáticas del Este norteamericano, abundante sobre todo en bosques mixtos con predominancia de castaños de indias, arces, tilos y hayas.
Laurel de montaña (Kalmia latifolia), de la familia de las Ericáceas, típica de bosques mixtos de roble-hicoria, pues prefiere los suelos arenosos de secos a semihúmedos, así como una buena penetración de luz solar a través del dosel del bosque

Comencemos por la mencionada región que me acogió durante mis estudios: El Suroeste de Virginia (37°13′48″N 80°25′4″W) es una región en esencia, netamente montañosa, pues yace dentro de la provincia biogeográfica del “Ridge and Valley”, una sucesión de cordilleras de elevación moderada (de entre 700 a 1000 metros sobre el nivel del mar) trazadas en sentido Noreste-Suroeste, paralelas a los montes Apalaches situados un poco mas hacia el Oeste (ya sobre la frontera estatal con Kentucky y Virginia Occidental), y que delinean numerosos valles cruzados por una gran cantidad de pequeños ríos. Los suelos son del tipo alfisol, tierras fértiles de color castaño, con suelos que van de mésicos (es decir, de humedad media) a secos-mésicos. Esta región de Apalachia, como todos los sistemas montañosos del Este norteamericano, fue creada hace alrededor de 480 millones de años como producto del choque de América del Norte con Noráfrica y lo que ahora son las islas británicas y, debido a la falta de actividad tectónica desde entonces, han perdido considerable altura gracias a los agentes erosivos.
Los bosques templados caducifolios tienen cinco estratos: Arbóreo superior, arbóreo inferior (compuesto por árboles de menor talla máxima que los del estrato anterior), arbustivo, herbáceo, y la hojarasca, compuesta de hongos, hojas caídas en descomposición y restos de madera de árboles caídos.

Trepadora de Virginia (en inglés, "Virginia creeper"), de vivos colores otoñales que la hacen de las enredaderas más comunes como ornamentales en zonas urbanas y semi urbanas.
Roble castaño (Quercus prinus) de alrededor de 30 metros de altura en una ladera xérica de orientación Sur en la ruta de los Apalaches del Suroeste de Virginia.

Roble de postas (Quercus stellata), del grupo de los robles blancos (Leucobalanus); usualmente un árbol de praderas de talla pequeña o mediana, pero de gran altura bajo precipitaciones abundantes, como aquí en el Dragon´s tooth hill, Virginia.

Retoño de castaño americano (Castanea dentata), árbol ícono de Apalachia extinto funcionalmente debido a la plaga de la grafósis asiática (Cryphonectria parasitica) introducida en el Bronx en 1909; los esfuerzos de organizaciones como "The American Chesnut Foundation" para reintroducir variedades cruzadas y/o transgénicas resistentes a dicho hongo aún están por demostrar su efectividad en restituir esta valiosa especie maderera a su hábitat previo.
Ya que existe una variedad de relieves, tipos de suelo y de microclimas, la flora también tiende a ser bastante diversa en una región que, dentro de las latitudes medias, posee una biodiversidad envidiable: Un elevado nivel de endemismos (especies que solo se encuentran en esta región) manifiesta en dos familias (Hydrastidaceae y Leitneriaceae) y 100 géneros total o casi totalmente endémicos, así como alrededor de 148 especies arbóreas distintas, muchas de ellas con áreas de distribución bastante restringidas, generalmente centradas alrededor de los montes Apalaches y la altiplanicie Alleghany, de la cual se piensa son los restos de un bosque templado caducifolio mucho mayor que existió antes de las grandes glaciaciones del Pleistoceno que terminaron hace apenas 10,000 años. Dicho bosque primigenio, que al parecer existió hace aproximadamente 45 millones de años, se extendía ininterrumpidamente hacia Occidente, hacia la costa del océano Pacífico, y guardaba una muy estrecha relación con las floras del lejano Oriente asiático y de la Europa al Norte de la Cuenca mediterránea; de hecho, los nexos florísticos entre éstas tres regiones han sido ampliamente documentadas, e incluyen 74 géneros compartidos con Asia oriental templada, y 68 géneros existentes también en Eurasia dentro de las latitudes medias.   


Duraznillo (Cercis canadensis), con flores primaverales, y uno de los árboles de talle moderado que más frecuentemente aparecen en el segundo estrato boscoso a lo largo del Oriente de los Estados Unidos. La especie también es un ejemplo de flora del bosque templado oriental existente en México de maner disjunta en el Norte de la Sierra Madre Oriental.

Cardenal en Invierno, una de las pocas especies de aves canoras residente durante todo el año en el bosque, a diferencia de los llamados migrantes neotropicales que pasan la temporada invernal en bosques tropicales de Centro y Sudamérica.
Cornejo florido  (Cornus florida), con flores compuestas primaverales, muy apreciadas por su vivaz color blanco y tamaño relativamente conspicuo; actualmente con poblaciones reducidas debido al "dogwood antharcnose", hongo parasitario que destruye la clorofila de sus hojas; posee representación en México a través de una variedad que habita en los estados de Nuevo León y Veracruz en bosques mesófilos de montaña.

Azulejo, un ave residente todo el año a lo largo del bosque templado del Este, con sus vivos colores blanco y azul índigo; pertenece la la familia Corvidae, la misma de los cuervos.

Hammamelis virginiana ("Witch hazel"), floreado en Primavera, arbusto característico de los bosques mixtos de roble-hicoria, robledales y bosques mixtos mésicos-secos, y de gran valor para la industria cosmética y del cuidado de la salud.
Dentro de la región virginiana donde llevé a cabo mi estancia académica, los bosques más comunes son del tipo roble-nogal, en donde el roble blanco Americano (Quercus alba) es dominante en los valles, mientras que el roble rojo del Norte (Quercus rubra), el roble montano (Quercus prinus) y varias especies de hicorias o nogales Americanos (Carya) son las especies dominantes en las serranías hasta aproximadamente 1,300 metros de altitud. Previamente, la abundancia de castaños Americanos (Castanea dentata) en la zona hacia clasificar estos bosques como del tipo castaño-roble, representando casi uno de cada cuatro árboles en las laderas orientales de los Apalaches. Así mismo, en lugares tales como el “Dragon’s tooth hill” (la colina del diente del dragón), muy cercana a un tramo de la famosa “Appalachian trail” (ruta de los Apalaches), se pueden observar un tipo de bosque generado por condiciones de sequedad mayores al promedio, generalmente en laderas de exposición Sur y subsuelo rocoso, en donde se observan varios ejemplares de roble escarlata (Quercus coccinea), roble de postas (Quercus stellata), roble montano, así como pinos de tea (Pinus rigida) que dependen de fuegos periódicos de baja intensidad para que sus conos puedan soltar sus semillas en el suelo y germinar. Además había una buena cantidad de un hermoso árbol generalmente de altura media-baja llamado sassafras (Sassaras albidum), manzanillos (Nyssa sylvatica), plántulas de castaños americanos y arces rojos (Acer rubrum).


Roble blanco americano (Quercus alba), una de las especies más extendidas por todo el Este norteamericano, y especie arbórea clave en el ecosistema debido a su gran producción anual de bellotas, que proporcionan alimento a un gran número de insectos, mamíferos y aves. Alcanza su máximo desarrollo en suelos mésicos (de humedad media), con sustrato mixto arena-arcilla y abundante materia orgánica; su capacidad de sobrevivir suprimido bajo intensa sombra durante 90 años, así como de crecer rápidamente cuando se abre una brecha en el dosel boscoso le permiten alcanzar frecuentemente el techo arbóreo y dominar tanto en rodales puros como en bosques mixtos con robles, hicorias, falsos abetos del Canadá, pinos, arces del azúcar o hayas americanas. Se conocen ejemplares de hasta 600 años de edad.

Hicoria (Carya glabra), llamado en inglés "Pignut hickory"debido al uso de sus nutritivas nueces como forraje de engorda para cerdos destinados a la producción de carne, especialmente jamones curados, que los colonos europeos llevaban a cabo en granjas familiares durante los siglos XVIII y XIX.

El roble rojo del Norte (Quercus rubra), está presente en la mayor parte del bosque caducifolio oriental de Norteamérica, pero es más común en su mitad Norte, donde muchas veces el el único representante de su género. Favorece suelos muy húmedos o muy secos en el Sur de su distribución, mientras que en zonas boreales se decanta por aquellas de suelo más xérico, en donde los frecuentes fuegos forestales de baja intensidad aseguran su regeneración poblacional mediante la quema de la competencia y el aseguramiento de luz solar para sus retoños.


Las hicorias, como Carya tomentosa (en la foto), nunca forman rodales puros, sino más bien se asocian con otras especies, apareciendo de manera aislada o en pequeños grupos. Llamada en inglés "Mockernut hickory" (hicoria de nuez falsa), su nombre se debe a su gran cáscara que cubre a un núcleo comestible proporcionalmente muy pequeño, aludiendo a la promesa visualmente engañosa de una nuez sustancial que realmente es magra.

Otra especie característica de los robledales y las mixturas de roble-hicoria es el sassafras (Sassafras albidum), y una de las más coloridas en dicha formación boscosa: Un mismo árbol puede contener hojas otoñales doradas, anaranjadas, carmesíes o púrpuras. Antigüamente, un extracto procedente de su corteza interior (safrón) era la base de las populares "cervezas de raíz".

Uno de los árboles más llamativos durante el Otoño tardío es el roble escarlata (Quercus coccinea), que hace honor a su nombre debido a su follaje otoñal de intensos rojos y anaranjados-rojizos; es un dominante o constituyente climax de tipo edáfico, en suelos secos arenosos o rocosos de orientación Sur u Oeste, acompañado de robles de postas, de Maryland (Quercus marilandica) e hicorias. (Fuente de la foto: http://bioimages.vanderbilt.edu/baskauf/16880)

Castaño americano con dorados colores otoñales. Antaño un árbol de gran porte (de 35 a 40 metros de altura), era tan dominante a lo largo de los Apalaches que alrededor de 1 de cada 4 árboles ahí correspondía a dicha especie. Su valor económico residía en una madera muy resistente, flexible, de gran durabilidad y que soporta bien a la putrefacción y la acción de los elementos, además de su confiable y abundante cosecha anual de sus castañas, que muchas veces constituyeron uno de los sustentos principales de los pequeños propietarios rurales asentados a lo largo de su rango de distribución durante el siglo XIX. (Fuente de la foto: http://www.nativetreesociety.org/fieldtrips/north_carolina/devils_courthouse/devils_courthouse.htm)  

Pino de tea (Pinus rigida), Un pino típico de los Apalaches y la costa atlántica desde Virginia hacia el Norte. Habita en suelos arenosos, con escasa materia orgánica donde otros árboles no medran. Se le encuentra en rodales puros o en mixturas con roble escarlata, roble castaño e hicorias. durante el periódo colonial británico se usaba su resina como combustible para lámparas, así como su madera como leña o carbón vegetal.

Roble castaño o montano (Quercus prinus), habitante de las laderas orientadas hacia el Sur y el Oeste, con microclimas cálido-secos en sustratos rocosos, en donde constituye una de las especies dominantes junto con el arce rojo (Acer rubrum), otros robles de hábito xérico e hicorias, especialmente luego de la extinción funcional del castaño americano. Su color otoñal es variable, ya que va de un pálido y decepcionante rojo óxido a un vibrante anaranjado con tintes amarillos, como se aprecia en la imagen.

Un ambiente en muchos sentidos diferente al descrito en el párrafo anterior me esperaba en una sección del bosque nacional Thomas Jefferson llamada “the cascades” (las cascadas), llamada así por una serie de cascadas de poca altura creadas por los varios desniveles dentro del parque junto a numerosos escurrimientos en forma de ríos, arroyos y manantiales, dentro de los cuales el más importante es el New River, que drena sus aguas directamente en el Golfo de México. Aquí, el bosque era más cerrado y diverso, con una composición del tipo mesolítico mixto, alentado por el microclima presente en esta región más montañosa que el Dragon’s tooth hill, donde la humedad y el aire más frio se hunden en las diversas concavidades ubicadas entre las zonas mas elevadas. Así, el bosque estaba caracterizado por dos especies clave de esta formación caducifolia mixta: El castaño de indias americano (Aesculus octranda) y el tilo blanco (Tilia heterophylla), además de numerosos arces del azúcar (Acer saccharum), hayas americanas (Fagus grandifolia), magnolias pepino (Magnolia acuminata), fresnos americanos (Fraxinus americana), tuliperos de Virginia (Liriodendron tulipifera), enormes ejemplares de Nyssa sylvatica, así como, en abundancia moderada y local, varios de los robles ya descritos e hicorias, destacando dentro de estas en abundancia dentro de las cascadas unas con una característica corteza en tiras largas y afiladas (Carya ovata), y otra cuyas nueces, que luego probé, resultaban bastante amargas, nada como la de la especie anterior, y que tiene por nombre científico Carya cordiformis (en inglés, este árbol es acertadamente nombrado “bitternut hickory”, hicoria de nuez amarga).
Castaño de Indias americano (Aesculus octandra), una de las dos especies características cuya presencia abundante define la existencia de un bosque mesofítico mixto, el más biodiverso dentro de las latitudes medias de América del Norte. A diferencia de la mayor parte de los bosques templados, compuestos por un promedio de 8 especies diferentes de árboles (o por una sola, como frecuentemente pasa en Europa), estos bosques pueden contener hasta 30 especies bien representadas por hectárea, dándoles una estructura que recuerda a la de las selvas tropicales perennifolias.


Junto con la abundancia de Aesculus octandra, el tilo blanco (Tilia heterophylla) es el otro componente esencial de la formación mesofítica mixta, al proveer de nutrientes esenciales al suelo (nitrógeno, fósforo y calcio) mediante sus hojas caídas, al tiempo que sus raíces fijan dichos nutrientes al suelo.

Entre los bosques orientales centrales y septentrionales, uno de los árboles más dominantes y frecuentes en el dosel boscoso es el famoso Arce del azúcar (Acer saccharum), de cuya savia hervida y filtrada se fabrica el sabroso y nutritivo jarabe de arce. Aunque otras especies de arce tienen savia apta para la producción de este producto alimenticio, la fuente más común es ésta especie, cuya existencia sostiene una industria de cientos de millones de dólares en el Sureste canadiense y el Noreste de lso Estados Unidos. Existen diversos grados del jarabe de arce que varían tanto por su nivel de azúcares como por sus densidad, reservándose las más dulces y espesas para la industria panificadora y de confitería. 

Las magnolias son algunas de las plantas angiospermas (plantas con flores) más antiguas del Mundo, remontándose su orígen al periódo Cretáceo (Hace 90 millones de años). Prefieren hábitats subtropicales y templados continentales cálidos, y pueden ser caducifolias o siempre verdes. Una aquellas es la Magnolia pepino (Magnolia acuminata), llamada así por sus frutos que, al inicio de su desarrollo, asemejan pequeños pepinos en forma y color. Es una especie ejemplo de relicto del Terciario, pues su distribución coincide casi totalmente con el área no glaceada del Oriente norteamericano, sugiriendo una zona zona que actuó como refugio para la flora templada de hoja caduca durante el último periodo glacial.


Otro relicto de la era Terciaria lo constituye el Liriodendro o tulipero de Virginia (Liriodendron tulipifera), conocido como uno de los árboles más altos de la mitad Este de América del Norte (alcanza fácilmente alturas de hasta 50 metros). De la misma familia que las magnolias (Magnoliaceae), crece mejor en suelos fértiles y con materia orgánica de buena profundidad en bosques mixtos, y coloniza rápidamente áreas perturbadas y claros del bosque debido a su rápida tasa de crecimiento (hasta 20 centímetros en un solo año), lo que le permite subsistir en bosques maduros pese a su baja tolerancia a la umbría (sombra).

El haya americana (Fagus grandifolia) es una especie típicamente mésica, que domina laderas de exposición Norte u Este bajo climas frescos y húmedos. Como a la especie europea, le gusta tener los pies secos y la cabeza mojada, pero, a diferencia de la misma, es más demandante en cuanto a la riqueza orgánica del suelo y más resistente a los extremos de temperatura respectivos que brindan el Verano y el Invierno. Salvo en ciertas zonas elevadas de los Apalaches (entre los 1250 metros sobre el nivel del mar), no suele formar rodales puros, mezclándose sobre todo con arces, abedules, pinos, pinabetes y abetos en el Norte, y con tilos, robles, hicorias, magnolias, liriodendros y fresnos en el Sur. Muy tolerante a la umbría, su densa sombra impide la entrada de luz solar al suelo, al tiempo que sus hojas, de lenta descomposición, impiden el establecimiento de las raíces de los retoños de otras especies

Fresno americano (Fraxinus americana), una de las especies del Este con crecimiento más rápido, de gran valor para el ecosistema debido a sus hojas ricas en nitrógeno que enriquecen el suelo, y con color otoñal que va del amarillo brillante al púrpura. 

Hicoria (Carya ovata); su nombre en inglés ("Shagbark hickory") proviene del hecho de que su corteza se va partiendo en placas largas puntiagudas a medida que crece. A diferencia de otros miembros del genero Carya, ésta especie prefiere los terrenos de humedad media, con abundante materia orgánica en  colinas, mesetas y serranías de altitud baja o media. Sus nueces constituyen un activo ecológico y económico importante debido a su agradable sabor y alto contenido energético (hasta un 30% de su contenido es de carbohidratos), asi como por su madera, muy resistente a los impactos y de alto poder calorífico. También se le encuentra de forma disjunta en México a lo largo de la Sierra Madre Oriental, en bosques mesófilos de montaña.

El manzanillo o "blackgum" (Nyssa sylvatica), posee atractivo como ornamental debido a sus frutos en forma de mora palatables para las aves, así como por su intenso y hermoso color otoñal, que incluye tonos anaranjados, carmesíes y púrpuras. Sus pequeñas flores atraen abejas cuya miel posee valor comercial. Es otro ejemplo de relicto terciario sobreviviente en México, en algunas pocas localidades de la Sierras madre Oriental y del Sur.


Carya cordiformis es la especie de hicoria de distribución más septentrional, generalmente presente en dichas regiones en suelos mésicos, acompañado de robles blancos americanos, rojos del Norte, arces del azúcar y hayas. Sus nueces no son palatables, al tener un fuerte contenido de taninos que le brindan un sabor desagradablemente amargo (de ahí su nombre en inglés, "bitternut hickory"); en cambio, su madera es muy usada en la fabricación de duelas, mangos para herramientas y en general estructuras de madera que requieran gran resistencia a los impactos continuos. 

Llevé a cabo una excursión al vecino estado de Virginia Occidental (37°57′39″N 81°4′54″W), y el bosque era muy parecido al que experimenté en el Thomas Jefferson National Forest, del lado virginiano, excepto que contenía un mayor número de robles, especialmente blancos americanos, rojos del Norte y negros del Este (Quercus velutina), las hicorias eran abundantes, y se mezclaban muy bien principalmente con tuliperos de Virginia, arces y nogales negros (Juglans nigra), mientras que las hayas americanas eran menos abundantes que en el anterior bosque mixto visitado. También me llamó la atención la ausencia casi total de coníferas, y en especial del falso abeto del Canadá (Tsuga canadensis), tan común en las cascadas y, desgraciadamente, muy afectado por una especie de pulgón asiático que anida en sus agujas y chupa su savia; al no tener depredadores, el pulgón acaba matando al árbol a través de la supresión de sus nutrientes; por otra parte, alguno que otro pino blanco oriental (Pinus strobus) adornaba de vez en cuando sobresaliendo entre la copa de los arboles caducifolios, casi siempre en las mayores alturas.
Roble negro del Este (Quercus velutina), un ejemplo de roble predominante en la región central del bosque caducifolia de Norteamérica, generalmente en zonas de suelos secos y mésico-secos, con subsuelos de tipo calcáreo, y predominante en los estadios medios de madurez estructural del bosque.

Una de las especies más apreciadas por su madera es el nogal negro (Juglans nigra), ya que presenta un bello color negro con vetas en forma de patrones en espiral bien definidos, además  de un olor agradable; muy explotado en el siglo XIX para la fabricación de pisos de madera, escalones, cubiertas para muros y cachas para pistolas y rifles, por lo que en la actualidad es relativamente infrecuente. De ritmo de crecimiento moderado y baja tolerancia a la sombra, logra sobrevivir en el dosel de bosques mesofíticos mixtos y de roble-hicoria mediante la secreción de juglón, sustancia alopática que inhibe el crecimiento de sus especies competidoras. Sus nueces son de sabor agradable y explotadas comercialmente, además de muy nutritivas (hasta 40% de carbohidratos, grasas vegetales y minerales). Es de los primeros árboles en cambiar de color durante la temporada otoñal, tornándose desde un tibio color amarillo pálido-verdoso hasta amarillos vibrantes.

Un ejemplo de los nexos florísticos cercanos entre Norteamérica del Este y el Lejano Oriente asiático los constituye el género Tsuga, con tres géneros en las primera región y alrededor de seis en la segunda. El falso abeto del Canadá (Tsuga canadensis) es uno de los dos representantes del género en la región de los Apalaches y el Noreste de los Estados Unidos, con preferencia por los suelos profundos, ricos en materia orgánica, y los climas frescos del Norte o de las cañadas y barrancas protegidas. Constituye así mismo un relicto del Terciario al tener un centro de distribución centrado en la Apalachia.

Arce rojo (Acer rubrum), llamado así por la predominancia de dicho color tanto en sus flores de Primavera como en sus yemas que protegen sus hojas en Invierno y el brillante color otoñal de sus hojas. Previamente un especie de arce confinada a pantanos y zonas ribereñas, Después de la colonización europea se volvió común en el dosel de numerosas asociaciones forestales, y cuenta con presencia en prácticamente toda el área del bosque templado caducifolio. Su savia produce un jarabe de arce más ácido y de sabor más fuerte que la generada con el más conocido arce del azúcar.

Los pinos blancos del Este (Pinus strobus) son los árboles más altos registrados en esta zona, pues en tiempos de las trece colonias inglesas se midieron ejemplares de hasta 70 metros de alto. Eran los favoritos de la real armada británica para la fabricación de mástiles para barco, y hoy son aprovechados para la fabricación de pulpa para papel. Existe una especie mexicana de pino (Pinus chiapensis) que algunos botánicos consideran una subespecie de la del Este de Norteamérica.

Flores de liriodendro, pequeñas pero de atractivos colores amarillo pálidos con líneas de color anaranjado. Su pólen, al cual se sienten atraídas las abejas, producen una miel de un peculiar sabor intenso y especiado, con un color ámbar oscuro y un tono cálido, que contribuye a la economía local de sus pequeños productores, de fabrican la miel con técnicas artesanales.

A medida que uno continúa hacia el Oeste, ya sea en línea recta, o desviándose hacia el Norte o hacia el Sur, este ensamblaje mixto se vuelve cada vez más raro aunque, claro, los tipos de vegetación y de bosques difieren entre si marcadamente; al menos hacia Kentucky, una vez que se supera su región apalache, como por ejemplo, en el bosque que rodea al complejo de cuevas y túneles subterráneos Mammoth, la combinación arbórea contiene más robles e hicorias, así como tuliperos virginianos, arces del azúcar y hayas americanas (estos dos últimos se vuelven mas abundantes localmente en sitios con suelos mas húmedos y hacia el Norte) además de otros árboles comunes a los bosques mésicos mas orientales, con un sustrato arbustivo dominado por el cornejo florido (Cornus florida) en los robledales, y por un frutal peculiar en los bosques mas mixtos: la banana de pradera (Asimina triloba); la menor cantidad de precipitaciones confina a zonas ribereñas a especies como el liquidámbar (Liquidambar styraciflua) y el olmo americano (Ulmus americana), mientras que carece casi por completo (salvo en cañadas protegidas y fondos de barrancas) de magnolias, tilos blancos y otras especies características de los bosques mesofíticos mixtos de zonas más orientales, y que se apreciaban con claridad en Virginia Occidental; además, en esta área se pueden hallar algunas especies de distribución restringida y características especiales, como el palo amarillo (Cladrastris kentukea), el cafetero de Kentucky (Gymnocladus dioicus), el castaño de indias de Ohio (Aesculus glabra), olmo rojos (Ulmus rubra), arce negro (Acer nigrum), roble chinkapin (Quercus muhlenbergi), entre otros. 


Cornejo florido (Cornus florida) en su color de Otono; uno de los elementos arbustivos más comunes en los bosques de roble-hicoria, y en aquellos mesofíticos mixtos más occidentales, francamente dominados por los robledales y sin la presencia de las especies indicadoras típicas de los Apalaches.

Muchos de los árboles del bosque caducifolio oriental presentan diversas coloraciones otoñales de acuerdo a la genética de cada individuo, el clima, el pH del suelo y la dureza del frío Invernal. En la imágen, un roble blanco americano (Quercus alba) con hojas púrpuras, cuando en otros ejemplares son rojas, pardas o broncíneas. Los robles aumentan su dominio en el dosel de bosque a medida que avanzamos hacia el Oeste, en dirección a las grandes praderas.


Asimina triloba, llamado banana de pradera o "Paw-paw", un miembro de latitudes medias de la familia anonaceae, mayoritariamente compuesta por géneros y especies tropicales (a dicha familia pertenecen los bananos o plátanos). Posee los frutos más grandes de entre todos los nativos al oriente estadounidense; de consistencia cremosa y rica en vitamina C, la fruta es una extraña mixtura de sabores, a mi al menos me pareció un mango menos ácido y con ciertas trazas de sabor a banana. No es explotada comercialmente debido al poco tiempo de viabilidad en anaquel de las frutas. Constituye un género totalmente endémico de la región oriental norteamericana.

Las hayas americanas (Fagus grandifolia) constituyen, al lado de los arces del azúcar, las especies dominantes en bosques mixtos hacia el Oeste y el Noroeste de los Apalaches; en la primera regi{on están principalmente ubicadas en laderas de orientación Norte, barrancas y cañadas con climas frescos en Verano y rigurosamente fríos en Invierno. El haya americana tiene valor ornamental debido a sus tonos broncíneos en Otoño, su hábito elegante y su corteza lisa color gris claro. Los hayucos atraen una gran cantidad de aves y mamíferos.

Los liriodendros son algunos de los árboles más vistosos durante el Otoño, con colores amarillos intensos o dorado-anaranjados, como en esta imágen tomada en el Suroeste de Virginia.

Los arces del azúcar (Acer saccharum) exhiben colores otoñales que van del amarillo intenso al rojo fluorescente, pasando por el dorado y el anaranjado, siendo estos dos últimos los tonos más comunes. Uno de los pocos arces en el Mundo que se comporta como dominante en su ecosistema nativo, presenta una dinámica de sucesión interesante en los bosques de haya-arce del Medio Oeste: Mientras las hayas dominen el estrato arbóreo superior, los retoños y plántulas de arce del azúcar pueden medrar mejor que los del haya con la poca luz existente en el suelo, y eventualmente asumen el dominio en las copas más altas; una vez en este punto, la sombra que producen las hojas del arce, más fuerte aún que la de las hayas, promueven la regeneración de estas últimas al ser más tolerantes a la sombra, con lo que el ciclo se repite indefinidamenrte bajo condiciones estables de clima.

Olmo americano (Ulmus americana), un árbol muy utilizado en zonas urbanas durante todo el siglo XIX y la mayor parte del XX. Su declive ha venido de la mano de la introducción de la grafosis del olmo ("Dutch elm disease"), enfermedad al parecer originada en los Himalaya y que se manifestó por primera vez en Europa a fines del siglo pasado para luego pasar a los Estados Unidos, en donde ha eliminado a millones de olmos nativos. En estado salvaje, típicamente se le puede encontrar a la orilla de ríos, lagos y arroyos, pero siempre en terreno lo suficientemente alto como para no sufrir de inundaciones.

Liquidambar styraciflua (Liquidámbar) es un árbol común en la mitad meridional del bosque templado caducifolio, presente tanto en zonas ribereñas de los pinares del Sureste como en bosques mixtos centrales, se vuelve un elemento dominante en las primeras etapas de regeneración de los bosques mesofíticos mixtos de los Apalaches. Posee un elevadísimo valor ornamental por sus delicadas hojas col.or verde esmeralda en Verano y su amplia gama de colores en Otoño, pudiendo contener en un mismo ejemplar colores anaranhados, dorados, carmesíes y violetas intensos, además de exhibir un crecimiento rápido y alta tolerancia a condiciones urnbanas como la compactación de los suelos y la contaminación atnmosférica. Un relicto del Terciario con un dos representantes en Asia oriental y uno en el Mediterráneo turco y uno en Norteamérica, está presente de forma disjunta en México en las Sierra Madre Oriental, de Oaxaca y del Sur, en bosques mesófilos de montaña.

Los arces negros (Acer nigrum) son una variedad de arce especialmente adaptada para los menores niveles de precipitaciones encontrados al Oeste de la altiplanicie de Cumberland, con hojas más lobuladas y anchas que las del arce del azúcar y colores otoñales siemrpe de amarillos vibrantes o dorados. Se les encuentra comúnmente entremezclados en los bosques mésicos mixtos del centro-occidente de la región del bosque templado caducifolio. Es la segunda especie más utilizada para la fabricación del jarabe de arce.

Finalmente, a medida que uno se aproxima al Mississippi, el paisaje natural (muy poco para mi gusto, pero lo hay), se convierte en un mosaico de bosques y sabanas templadas, principalmente compuestas de robles dispersos como el de Maryland (Quercus marilandica), de bellotas grandes (Q. macrocarpa), cedros rojos del Este (Juniperus virginiana) y algunas hicorias aisladas; en el par de ocasiones que fui a Chicago, las zonas de bosque cerrado aledañas exhibían muchísimos arces del azúcar, pero ningún haya americana, especie muy sensible al fuego y, sobre todo, a la sequedad creciente hacia occidente.


Nyssa sylvatica, manzanillo en los montes Apalaches, con ejemplares que pueden llegar a los 40 metros de altura y alcanzar 800 años de edad; son un componente aislado principalmente presente en bosques mixtos de Apalachia, bosques de pino-roble del Sureste y roble-mixtos del centro-oeste. El manzanillo es una especie subtropical y termófila templada relictual del Terciario, que comparte muchas similitudes morfológicas y ecológicas con su pariente asiático, Nyssa sinensis.

Cedro rojo del Este (Juniperus virginiana), una conífera típica de terrenos abiertos que empiezan a ser recolonizados por los árboles, representa un climax edáfico en suelos semisecos de substrato calcáreo. Comprende así mismo grandes extensiones de sabana templada en la zona de transición central con las grandes planicies norteamericanas, mezclándose con robles, hicorias y hierbas tales como gramíneas, asteráceas,entre otras.

Palo amarillo (Cladrastis kentukea), conocido en inglés como "yellowood", constituye un relicto Terciario norteamericano estrechamente emparentado con las otras seis especies que conforman el género, mismas que se encuentran en China y Japón. De distribución limitada y más o menos disjunta por los Apalaches y el Medio-Oeste, quizá es evidencia de una incipiente recolonización de su antigua área de población.

Roble de Shummard (Quercus shummardi), roble del tipo eritrobalanus ("robles rojos" americanos, de bellota amarga), presente en los bosques mixtos de roble de la porción central del bosque templado caducifolio, con follaje otoñal dorado intenso.

Aesculus glabra ("Ohio buckeye"), presente sobre todo en suelos calcáreos, en espacios semi abiertos dominados edáficamente por el cedro rojo del Este, fresnos, robles e hicorias, constituye un árbol de tamaño pequeño a mediano con importancia en la atracción de vida silvestre y un bello tono rojo de hojas en Otoño. Ésta especie define las sabanas y pastizales intrusivos en la región centro-oeste del bosque, al este de la formación roble-hicoria y los mosaicos bosque -pradera más hacia el Oeste.

El cafetero de Kentucky (Gimnocladus dioicus) es otra especie de distribución restringida que define los bosques mixtos dominados por los robles de tipo más mésicos al occidente de Apalachia; un relicto arctoterciario, sus frutos fueron utilizados localmente como un sustituto barato del café durante buena parte del siglo XIX, se piensa que dichos frutos eran dispersados por la antigua megafauna herbívora del Pleistoceno, cuya ausencia redujo y fragmentó considerablemente su rango de distribución.

Roble chinkapin (Quercus muhlenbergi), común al occidente de los Apalaches y uno de los relativamente pocos robles que penetra al Sur del río Bravo a México, presentándose de manera disjunta en el Noreste de ese país.

Roble de bellotas grandes (Quercus macrocarpa), como su nombre lo indica, posee las bellotas más grandes de todas las especies de Quercus del Este norteamericano; es sobre todo un árbol de las sabanas templadas y las zonas ribereñas que se introducen en las praderas centrales de los Estados Unidos que no tolera la umbría y necesita de pleno sol para crecer y desarrollarse, se presenta y es dominante en la mitad Norte de la zona de transición bosque-pradera.

En otro de mis viajes, esta vez en temporada navideña a la ciudad de Pittsburgh (Suroeste de Pennsylvania, 40°26′30″N 80°00′00″W), pude contemplar otro cambio en el paisaje que contrastaba con el Sur norteamericano en el cual desenvolvía mi vida académica y cotidiana. Para empezar, la temperatura: En esta ciudad norteña, tener 20 grados bajo cero es cosa común, no un episodio de unos pocos días durante el Invierno, y aun en condiciones más benignas, la temperatura promedio me pareció no subir a mas de cinco grados bajo cero durante la mayor parte del mes de mi estancia en aquellas tierras, y estas condiciones gélidas se agravan por la poca insolación que se recibe, pues ahí es considerablemente más nublado que en Virginia (por cierto, aun en lo mas frio del año, las horas de sol recibidas este ultimo estado no se me hicieron mucho menores que las que se gozan en la Ciudad de México, de donde soy originario).
Como consecuencia de lo anterior, y pese a que Pittsburgh se encuentra en la región conocida como “Mixed mesophytic forest” (Bosque mesofítico mixto, el mismo del que hable en mis experiencias virginianas), su mixtura arbórea exhibe una mayor concentración de especies septentrionales, adaptadas a los inviernos rigurosos y a veranos menos cálidos que los que imperan mas al Sur. Entre estas especies, además de los ya mencionados arces azucareros y hayas americanas, destaca el abedul amarillo o de Alleghany (Betula alleghaniensis), así como una cohorte de coníferas como los pinos blancos orientales, los abetos balsámicos (Abies balsamea), los falsos abetos del Canadá y, en el sustrato herbáceo o arbustivo, el tejo canadiense (Taxus canadensis); la composición del bosque también admite abedules típicos de las regiones más nórdicas que alcanzan su potencial de desarrollo en la región de transición con el bosque boreal de Canadá, tales como los abedules del papel (Betula papyrifera) y grises (B. populifolia). El tilo blanco es reemplazado por su variedad septentrional, el tilo americano (Tilia americana), mientras que las especies más características del Sur, como las magnolias, liquidámbares, manzanillos, castaños de indias, hicorias, los tuliperos de Virginia y la mayoría de los robles pierden presencia tanto por especies representadas como a nivel cuantitativo, apareciendo sin embargo algunas especies ausentes en zonas mas meridionales, como el roble de las marismas (Quercus pallustris), el de Hill (Q, ellipsoidalis); aquí, el nogal negro empieza a ser reemplazado por el nogal blanco (Juglans cinerea), mientras que el roble blanco americano cede su preeminencia al roble rojo del Norte como la especie de Quercus mas conspicua en el bosque.
Abeto balsámico (Abies balsamea), un árbol indicativo de las regiones más frías del bosque caducifolio templado que marca su transición con el bosque boreal de coníferas (Taiga) de más al Norte. árbol generalmente de talla media que alcanza los 30 metros de altura máxima, se localiza en los suelos más mésicos de moderada fertilidad, en donde es acompañado por hayas, arces, fresnos y pinos blancos del Este, así como por el falso abeto del Canadá. Es aprovechado principalmente como mayteria prima en la producción de pulpa para papel y como árbol de navidad mediante su plantación en viveros.

El roble de las marismas (Quercus palustris), como su nombre indica, prefiere los terrenos húmedos y fríos de zonas pantanosas del Noreste del bosque caducifolio; bajo buenas condiciones de nutrientes, puede alcanzar hasta 30 metros de altura; posee un bello color otoñal rojo intenso.

Betula alleghaniensis, El abeduk amarillo es un abedul de condiciones mésicas que aparece como uno de los componentes principales de la zona de transición bosque templado-bosque boreal septentrional, en la formación forestal haya-arce abedul. Presenta una corteza exfoliante, de color broncíneo, así como hojas aromáticas cuando se trituran. Su color otoñal es de un amarillo muy vivo o incluso dorado. Poco tolerante a la sombra, presenta sin embargo cualidades alelopáticas que le permiten establecerse con ventaja para aprovcechar la luz solar sobre sus competidores cercanos.

El arce rojo (Acer rubrum), uno de los principales componentes dominantes del Norte del bosque templado caducifolio, y uno de los principales responsables del afamado despliegue otoñal en regiones como la de Nueva Inglaterra gracias a su excepcional follaje color escarlata.

El tejo oriental (Taxus canadensis), es un arbusto o árbol de pequeña talla limitado al Norte del bosque templado, cuya principal propiedad y valor es la sustancia taxol, presente en su fruto, y que es utilizada en la elaboración de potentes fármacos usados en la quimioterapia de numerosos tipos de cáncer humano. S u escaso tamaño lo hace totalmente inútil para el aprovechamiento maderero, a diferencia de su pariente europeo (Taxus baccata). Es una de dos especies nativas al Este de Norteamérica. Una especie cercana es hallada de forma aislada y limitada en las serranías mexicanas (Taxus globosa)

Abedul de papel (Betula papyrifera), es un abedul típico de zonas septentrionales perturbadas por el fuego o la caída de un árbol que produce un claro con abundante luz solar. Las culturas indígenas originarias del Noreste, como los iroqueses, aprovechaban su corteza como yesca, así como la flexible madera para la fabricación de canoas. 


El nogal blanco (Juglans cinerea), como su pariente más meridional, prefiere los suelos fértiles de humedad media de las tierras altas, mesclándose con pinos, abetos, arces, hayas, abedules y fresnos; nu nuez es de buen sabor, pero mucho menos explotada que la del nogal negro, en parte debido a su menor abundancia natural, que ha sido magnificada debido a la expansión de un hongo del filema (tejido del tronco que transporta nutrientes desde la raíz)procedente de Asia oriental que ha mermado enormemente sus poblaciones, especialmente las del Norte, las cuales son las más numerosas.
Mi último punto de visita fue hacia el famoso “Deep South” (Sur profundo) estadounidense, en dos instancias; la primera fue un par de visitas a la ciudad de Atlanta, Georgia (33°45′18″N 84°23′24″W), durante el Verano, y lo que encontré semejaba muchísimo a una verdadera selva tropical, pues el calor era sofocante, no solo por los 35 grados de temperatura a la sombra, sino por una humedad atmosférica que fácilmente alcanzaba niveles mínimos del 70% y magnificaba la terrible sensación de calor, sino también por grandes hordas de libélulas enormes, legiones de mosquitos cada noche, algunos curiosos tipos de orugas con mariposas nocturnas dignas de mothra (monstruo japonés celebre por las películas de Godzilla). No obstante, las diferencias vegetales con vagas reminiscencias tropicales y el mayor parecido con los bosques de coníferas subtropicales de las cordilleras de mi país fueron lo que más captaron mi atención.


Flor de magnolia sureña (Magnolia grandiflora), especie siempreverde dominante en los bosques mixtos de los estados del Golfo de México. Presenta una apariencia tropical, pero se mezcla con especies típicamente templadas como robles, el haya americana (con la que forma asociaciones forestales) y pinos. 

Morera (Morus rubra), muy extendida en el Sur norteamericano, su fruto es de alto valor parea la vida silvestre, así como ornamental por sus pequeñas pero estéticas flores.

Pino de agujas cortas (Pinus echinata), es el pino más común en la zona del Piedmonte, en las costas atlántica meridional y del Golfo de México, y delimitada hacia el Oeste por los Apalaches. Una especie de pino amarillo, es utilizada para la producción de madera blanda para obtener papel y resina.

Pino loblolly (Pinus taeda), uno de los principales pinos dominantes en pinares sureños, y dominante hacia el límite suroccidental del bosque del Este, formando frecuentemente rodales puros, conformando un bosque de estructura abierta. 


Pino de agujas largas (Pinus palustris), pino más bien dominante en los suelos más pobres, afectados fuertemente por la lixivación (intrusión de minerales como el hierro gracias a lluvias frecuentes y un periodo largo de altas temperaturas durante el año) en el suelo, presentándose minoritariamente combinado con las anteriores dos especies de pinos aquí presentadas.

Roble sauce (Quercus phellos), un roble del Sur adaptado a las riberas y las áreas pantanosas calurosas de los subtrópicos del Norte del continente, de hermoso color dorado en Otoño.


Acer leucoderme, una especie de arce de distribución restringida, mejor adaptado a la gran humedad y calor que los arces más septentrionales.

Este lugar cuenta con muchísimos pinares, muchos de ellos plantaciones destinados a la producción de maderas blandas para obtener bienes madereros derivados (principalmente pulpa para papel, resina y aguarras) y aun en las zonas con mejor preservación natural, en donde la supresión de fuegos naturales de baja intensidad (generalmente provocados por pastos secos que prenden gracias a un rayo de las varias tormentas eléctricas veraniegas) ha provocado la predominancia de arboles caducifolios, los suelos generalmente pobres de la región, mas bien ricos en hierro (uxisoles), y secos debido a su sustrato arenoso, hacen posible que los pinos medren mejor que sus competidores de hoja ancha en gran parte de Georgia y otros estados del extremo Sureste de los Estados Unidos. Tres son las especies de pino más abundantes aquí pino de agujas cortas (Pinus echinata), pino loblolly (Pinus taeda) y pino de agujas largas (Pinus palustris), casi siempre mescladas con hicorias y robles, muchos de los cuales están restringidas a los estados que bordean el Golfo de México y el Sur de la costa atlántica, tales como el roble rojo del Sur (Quercus falcata), el roble de agua (Q. nigra) y flora subtropical: Oxydendrum arboretum, de hermoso color otoñal o Sapindus saponaria, miembro templado de un genero eminentemente tropical, así como las magnolias, icónicas de la región y siempre verdes o semi caducifolias, destacando Magnolia virginiana y la magnolia sureña (Magnolia grandiflora), de bellas flores blancas y que a veces forma asociaciones  de estampa peculiar con las caducifolias hayas americanas. Esta región es refugio de flora endémica en peligro de extinción o incluso ya extinta en estado salvaje como Cotinus obovatus, Franklinia alathamaha o Acer leucoderme.


El roble rojo del Sur (Quercus falcata), es un roble frecuente del Piedmonte y zonas planas de baja elevación a lo largo del Sureste; destacado por su color otoñal, se presenta en la asociación roble-pino y roble-hicoria-pino.

Las magnolias sureñas son apreciadas por sus hojas verdes durante todo el año, su aire tropical y sobre todo, por sus bellas y llamativas flores blancas, además de su notable resistencia a los ambientes urbanos; pese a su origen subtropical de Inviernos suaves, pueden soportar Inviernos más fríos, con temperaturas de hasta -20 grados, siempre y cuando dichas condiciones no se presenten más allá de un par de días.



Sapindus saponaria, árbol de un género tropical con un bello hábito otoñal amarillo intenso, de la familia Sapindaceae.

Ésta magnolia (Magnolia virginiana), puede ser siempreverde en climas más cálidos o semi caducifolia en aquellos con Inviernos más rigurosos, y es común en el segundo nivel arbóreo y en el estrato arbustivo de los bosques mésicos de caducifolias sureños. 

Sin duda, entre las especies más coloridas durante el Otoño se ecuentra Oxydendron arboreum, pequeño árbol que suele mezclarse en bosques caducifolios y mixtos de suelos ricos en las formaciones roble-pino, ronle-hicoria-pino y ciprés calvo-liquidámbar-fresno.

Uno de los relictos del terciario menos conocidos es el caso de Franklinia alatamaha, un pariente del gémero del té Schima; descubierta a fines del siglo XVIII por John Bartram, se caracteriza por su hábito caducifolio en vez del siempreverde de las teáceas. Extinto en vida salvaje en la actualidad, se conserva gracias a su atractivo como árbol ornamental debido a su follaje otoñal color escarlata y a sus hermosas flores blancas de Primavera. Dadas su restringidísima distribución original y su enorme resistencia al frío, mucho mayor a la requerida para sobrevivir en el Sureste estadounidense, se cree que es una especie exiliada del Norte por los eventos glaciales, e incapaz de recolonizar dichas latitudes una vez que los hielos retrocedieron, aislada por enormes extensiones de terreno con climas desfavorables para migración.

Otro caso de relicto terciario con un área de distribución gravemente reducida lo constituye Cotinus obovatus, presente de manera discontínua y aislada, un pequeño árbol principalmente valorado por su impresionante despliegue de colores de Otoño. El único otro integrante del género se distribuye desde el Sur de Europa hasta China.

Las zonas ribereñas y pantanosas tienen ese aire típico sureño, con la conífera caducifolia Taxodium distichum, el simbólico ciprés calvo que incluso aparece desde aquí festoneado de la epifita barba de viejo, acompañado de manzanillo de pantano Nyssa aquatica y N. biflora, así como el abedul de rio, la termófila (que gusta de condiciones calidas) Betula nigra, arces plateados (Acer saccharinum) y rojos, así como una serie de hicorias afines a suelos húmedos inundados periódicamente como Carya aquatica y C. myristiciformis; sobre la costa atlántica, en aéreas de dunas o cerca de pantanos salobres se ubica el cedro blanco del Atlántico (Chamaecyparis thyoides). Como en el caso de los pinares y de los rodales pino-caducifolias, existe una abundante cubierta arbustiva promovida por la gran intrusión de luz solar a lo largo de la floresta, destacando Chionanthus virginicus y el kaki americano (Dyospiros virginiana), ambos miembros de géneros y familias cuya representación esta principalmente en las selvas tropicales perennes y caducifolias de la zona intertropical del planeta.


El ciprès calvo (Taxodium distichum), es un àrbol comùn de pantanos, lagos y rìos a lo largo del Sureste; una de las pocas conìferas caducifolias, toma una amplia paleta de colores otoñales que van del dorado oscuro al violàceo, pasando por el rojo òxido claro. Reliquia del Terciario, guarda cercano parentesco con otro àrbol ripario (que gusta de vivir cerca del agua): El sabino mexicano Taxodium mucronathum.

Abedul de rìo, Betula nigra, uno de los abedules norteamericanos màs resistentes al calor estival extremo, y amante de las riveras de los cuerpos de agua.


Platanus occidentalis, el sicòmoro americano, ùnico representante de su gènero en el Este, se le encuentra junto al agua en la mayor parte de dicho territorio, salvo el extremo Noreste, penetrando incluso en las grandes planicies a travès de algunas cuencas endorrèicas (interiores). De colores otoñales marrones modestos, su principal atractivo ornamental es su figura imponente y elegante, sus hojas anchas que proporcionan buena sombra y su blanquìsimo tronco, que en el siglo XIX llegò a ser guìa de la navegaciòn fluvial por la noche. Tambièn està presente en algunos puntos del Noreste mexicano.


Arce plateado (Acer saccharinum), quizà el arce norteamericano màs adaptado a los climas con Inviernos suaves, su mayor atractivo visual son sus hojas con envès verde platinado en Verano, que se tornan amarillas o incluso pùrpuras en Otoño; es un arce ripario con madera blanda, de muy mala calidad para la carpinterìa.

Carya aquatica es una de las pocas especies de hicorias o nogales americanos que tienen una ecologìa ligada a los cuerpos de agua, generalmente pertenecientes a aguas inmòviles de lagos y pantanos, asociado a manzanillos, liquidàmbares, algunos robles ribereños, cipreses calvos y fresnos. Sus nueces son pequeñas y de mal sabor, por lo que sòl tiene importancia como sustento para la vida silvestre.

Cedro blanco del atlàntico (Chamaecyparis thyoides), habitante de las zonas costeras de Norte a Sur del Atlàntico estadounidense, asì como en zonas aisladas de la cuenca septentrional del Golfo de Mèxico, en marismas y pantanos salobres sobre terrenos arenosos, muy rara vez presente a los pies de los montes Apalaches, a una altura de 450 metros sobre el nivel del mar. 

Chionanthus virginicus, miembro extratropical de su gènero, es un pequeño àrbol, o màs comùnmente un arbusto caducifolio con follaje dorado en Otoño, por lo que es muy apreciado como ornamental. Las cuturas indìgenas de la zona usaban las corteza y las raìces secas para tratar irritaciones e inflamaciones de la piel.

De la familia tropical Ebenaceae, Dyospiros virginiana, el kaki americano, es una de las pocas especies localizadas en latitudes subtropicales; posee frutos dulces con los que se atrae a la vida salvaje, y que además sirven para preparar infusiones, jaleas y conservas.

La ultima parte que logre ver de este naturalmente bello país fue cerca de Houston, Texas (29°45′46″N 95°22′59″W), localizada en el extremo suroccidental del bosque templado caducifolio norteamericano, y lo que vi fueron básicamente pinares de pino loblolly, a veces mesclados con robledales e hicorias, pero sin formar un bosque relativamente denso como en Georgia, sino de forma más abierta, ello debido a la creciente aridez gracias al menor influjo de humedad procedente del Golfo mexicano, lo que ocasiona no solo una corta temporada seca, sino incluso la ocurrencia de sequias durante algunos años; en espacio abiertos se ven enebros (Juniperus ashei) y sabanas de roble-hicoria con elementos locales tales como Quercus buckleyi o Carya texana, estando las áreas riparias (a lo largo de cuerpos de agua) dominadas por pacanas (Carya illinoinensis), las cuales constituyen un importantísimo cultivo comercial en el área; aparte de ello, se llegan a apreciar liquidámbares, olmos y cipreses calvos, especie sumamente cercana a los sabinos mexicanos, aunque no la única; de hecho, desde ahí ya se puede ver flora reminiscente a la de las planicies desérticas y semiáridas del Noreste mexicano, como nopales (Opuntia), mesquite (Prosopis), acacias (Acacia) y pastos conocidos en México como popotillo (Poa).


La mayor parte de los robles asociados a la región tienen tamaños pequeños o moderados, producto de la creciente aridez y menor fertilidad de los suelos, crecientemente alcalinos, como se aprecia en este ejemplar de Quercus buckeyi.
Carya texana, la hicoria negra, forma bosques semiabiertos al Este de Texas, Arkansas y Missouri, y sabanas templadas hacia el suroeste de su distribución, mezclado con robles, mesquites y enebros; es una de las especies nativas que más contribuye al paisaje otoñal con sus hojas amarillas o color oro viejo.

Juniperus ashei, enebro del extremo occidental del bosque templado, en donde las condiciones ecológicas comienzar a transitar hacia praderas de pastos cortos o zonas semiáridas.


De todos los miembros del género Carya, la pacana (Carya illinoiensis) quizá sea la especie comercialmente más valiosa, pues sus dulces nueces, que casi carecen de cubierta protectora, son una industria agrícola que ocupa extensos terrenos en Texas y otros estados de la unión americana, así como en el Noreste de México, y que van destinados tanto para el consumo humano directo como para las industrias panificadora, confitera y otras del ramo alimenticio. Su estampa amarilla o dorada en Otoño embellece los pocos cauces de los rìos en esta regiòn de frecuentes sequìa que ponen al bosque al lìmite de su adaptación evolutiva.


Los liquidámbares son comunes por el extremo Este texano, en donde alcanzan su limite suroccidental, reapareciendo hasta los bosques mesófilos de montaña de Tamaulipas y Nuevo León, en México, y delimitan, en los Estados Unidos, las áreas de influencia subtropical húmedo con aquellas con marcados periódos de ausencia de lluvias durante el año. 


Opuntia humifusa, solitario representante de su género dentro de la región de los bosques orientales, es una especie amante de las condiciones secas, en claros boscosos y sabanas con condiciones edáficas semiáridas, que es acompañada ya por otras especies de cactáceas hacia el Suroeste de su distribución. Como todos los nopales o cactus, sus pencas son comestibles y constituyen una gran fuente de fibra, vitaminas y proteìna vegetal; tiene ademàs valor ornamental por sus coloridas flores.


La Yucca flaccida es uno de dos miembros de este gènero màs comùnmente asociado con los matorrales desèrticos y sierras madreanas subtropicales y tropicales que podemos encontrar aquì, y que tiene una importante funciòn como proveedor de alimentos para numerosos insectos polinizadores como mariposas nocturnas, abejas, avistas, abejorros, moscas y escarabajos, que a su vez sostienen a una gran fauna insectìvora.

La verdad, para un simple aficionado a la botánica, como lo soy yo mismo, y en especial amante de la flora Holártica (que tiene orígenes y distribución principal en los climas templados y fríos del Hemisferio Norte), el Este norteamericano es un paraiso de enorme biodiversidad para una zona situada en una latitud media, amen de que América del Norte sufrió importantes avances de los casquetes polares sobre su territorio durante la última glaciación, sin que ello haya ocasionado demasiadas perdidas de familias, géneros o especies que medraban ahí desde el Mioceno (hace 45 millones de años); inclusive, para latitudes y ecosistemas similares, solo las selva templadas de Suroeste de China contienen ensamblajes más complejos y ricos en especies, muchas de las cuales ya no existen en ningún otro lugar del mundo, ni siquiera en Norteamérica (son las llamadas en paleoecologia “relictos del Terciario”, como los géneros Metasequoia, Pseudolarix, Amentotaxus, Davidia, Gingko, Pseudotaxus, Phellodendron, Pterocarya, Glyptostrobus, Kalopanax, entre otros); pese a ello, la variedad de arbole y plantas en general es bastante grande, y apela estéticamente a la vita en todo momento, en especial durante el Otoño, el cual tan solo pude disfrutar en los bosques mesofíticos mixtos de Virginia Occidental y en los de las asociaciones roble-nogal de Virginia, y no ceden terreno en su espectacularidad a los ya celebres en Nueva Inglaterra, pues además de que la mescla de numerosas especies distintas agrega tonos y colores al caleidoscopio cromático en que se tornan los bosques aproximadamente a mediados y finales de Octubre, también prolongan el periodo durante el cual se advierte al menos algún grado de coloración en árboles, arbustos y otras plantas, por lo que se tienen alrededor de dos meses completos de un enorme lienzo natural con imágenes que jamás podrán ser capturadas en su justa dimensión por artista humano alguno; caminar por esos parajes es transportarse a alguna tierra y época lejana, en donde uno se puede esperar encontrarse con elfos, batirse contra hordas de orcos o escapar corriendo de un troll al tiempo que las hadas iluminan la noche; por todo ello, esta es “America the beautiful”.
Savia congelada que fluyò del tronco de un arce negro (Acer nigrum), a principios de Primavera.

Betula lenta, una especie de abedul cuya presencia caracteriza al bosque mesofítico mixto de la región de los Apalaches, así como lo que pudieron haber sido los valles cerrados y protegidos en donde se guareció la flora Arctoterciaria norteamericana durante las glaciaciones del Cuaternario.
El safrón dejó paso a un extracto tomado de la corteza de Betula lenta como principal ingrediente para la elaboración de cervezas de raíz como la de la foto (por cierto, es deliciosa).

No me importa lo que diga Peter Jackson o Hollywood; aunque soy fan de la saga "El Señor de los Anillos", la Tierra Media es el Oriente de los Estados Unidos, no Nueva Zelanda; sólo estos paisajes hacen justicia a un mundo donde el misterio, la magia, la mitología y las gestas heroicas cobran vida a través de las páginas de su obra literaria original apoyada por la imaginación del lector.