lunes, 24 de febrero de 2014

¿Cómo aprender a exponer frente a un público?

He de decir que soy una persona bastante tímida e introvertida, pero a la hora de exponer me gano el respeto de todos. Les contaré mi breve historia:

Siempre dicen que a lo que más temes es a lo que quizá te dediques, pues el temor en personas como yo se vuelve un reto, nos obsesionamos con repetir y enfrentar ese miedo que cuando nos deja de dar miedo, hasta lo disfrutamos !. Y ese es un paso introductorio a la felicidad, al triunfo y a la satisfacción personal, pues al vencer tus miedos te admiras a ti mismo.

Recuerdo que en mis años de pubertad, no temía a exponer. Debo reafirmar que para mi exponer en clase era leer (como si a clase de lectura se tratase) o decir todo de memoria........que tonta fui al creer que decir todo de memoria era mucho más fácil que explicarlo con mis propias palabras. Bueno, pese a que adoraba leer, sentía que no tenía la riqueza lingüística suficiente, o si la tenía no lo sabía ni quería averiguarlo.

Pero mi miedo a exponer surgió a través de un trauma: tenía yo 15 años, debía exponer en la clase de inglés y se me hizo fácil redactar lo que diría en una hoja de papel, de verdad que yo no sentía miedo alguno, pasé con demasiada seguridad, por eso a veces es malo tener exceso de seguridad, pues no conoces tus limitaciones y la torre más alta puede caer; así que un poco de temor ayuda a esforzarnos más. Al estar enfrente, comencé a leer, pero mi mente me hizo una pésima jugarreta y me traicionó, y caí............empecé a ser consciente de que todos mis compañeros me observaban atentos y mi mano comenzó a temblar exageradamente y por tanto la hoja tambaleaba de arriba hacia abajo como si de un enfermo de Alz-Heimer se tratara. Empecé a escuchar las típicas risitas burlonas hasta que se hicieron incontrolables, vi muecas de "pobrecita" o de "pobre perdedora".

A partir de ahí, inició una nueva etapa donde ya temía exponer, hasta que se volvió enfermizo. Eran demasiadas exposiciones en la prepa, y cada vez que surgía una, me traumaba desde una semana antes y no disfrutaba. Terminé la prepa y estudié una carrera que implicaba la exposición, pues era a nivel licenciatura. Recuerdo que en esa carrera yo era la única adolescente, la mayoría eran gente estudiada de más de 40 años que estudiaban ahí para ascender puestos en su ambiente laboral ya establecido, y  el primer día de clases vi que gente demasiado segura debatía sobre política, sobretodo vi a una señora muy baja de estatura , morena y cabello corto pero que lograba imponerse al debatir de todo y me intimidé (cosas de la vida, me hice amiga de esa señora tiempo después, de la que hablaré ), simplemente me deprimí...no creía que esa carrera fuera para mi, en mi mente pasaban pensamientos como: "¿Qué hago aquí?"...."No podré con toda ésta gente tan culta, me van a devorar"-----"Estoy en el lugar incorrecto"......"No tengo nada que decir o rebatirle a ésta gente sabiendo nada"....ese día tenía las lágrimas a punto de salirse de mis ojos, recuerdo que iba con unos tacones enormes y así salí corriendo  a la hora de salida para encerrarme a llorar en mi cuarto.

El momento clave llegó: pasé con mi primera exposición y pasé a leer, los adultos cultos se me quedaban viendo con cara de  "what?", y en ese momento los odié (ahora los comprendo). En mi segunda exposición la maestra me tomó como ejemplo de lo que NO se debe hacer en una exposición xD.  Me cayó el veinte cuando una señora (profesionista por supuesto, como la mayoría de todos ahí) me intimidó con su fuerte mirada  diciéndome que no me la podía pasar toda la vida leyendo, que si estaba en una carrera de alto calibre debía mínimo de hacer el esfuerzo por hacer las cosas bien, me lo dijo tan concienzudamente que me cayó el veinte, era verdad, no podía hacer honor a mi grado de estudios si no sabía defenderme al hablar en público, de verdad esa mujer era imponente, era rubia, con cara de inteligente a más no poder y con una mirada de ojos verdes muy penetrantes e intimidantes.

Pasó el tiempo y eso se me quedó grabado, lo reflexioné y llegó mi turno de exponer sobre el Socialismo. Cuando me dieron mi tema, yo pensé: "'¿Quéeeee.?"                   .....de verdad que yo no sabía ni madres de eso, es verdad que desde la secundaria era la más lista de mis amigas y que nunca nadie me agarraba de tonta, es verdad que desde siempre me ha gustado la lectura, pero a los 18 años estaba apenas conociendo la vida, pese a leer más que las demás chavas de mi edad, existían temas que desconocía o que por flojera no leía, y en esa época yo estaba bastante verde en ámbito de política, entonces  como mi amiga era la señora que vi el primer día debatiendo sobre política, le pedí ayuda, le pedí que me explicara de ese modelo económico y me lo explicó como si fuera una niña de 5 años, y lo hizo tan bien que armé mis diapositivas y tuve una semana para estudiar. Cuando pasé, me sentí muy preparada, conocía mi tema de arriba a abajo y de abajo a arriba, y conocí un lado de mi que yo desconocía: era una oradora nata !! Al pasar, me explayé explicando un tema complejo (para mi edad era algo complejo) y lo hice tan bien que sucedió algo que jamás creí que me pasaría: me aplaudieron los compañeros, todos esos adultos profesionistas me aplaudieron y logré ver caras de felicidad, ¡sí!   ¡Caras d felicidad!  cómo pensando: "al fin ésta niña sacó su poder, me da gusto por ella"....no lo dijeron, pero vi caras que sin hablar, me decían eso. Me sentí tan triunfante y me gustó tanto el sabor a triunfo, que me propuse a estudiar muy bien mis temas de exposición.

Esa compañera chaparrita, de cabello oscuro, de cuarenta y tantos y morena que me intimidó el primer día de clases, me introdujo el gusto por la política y la oratoria. Yo sabía de muchas cosas: geografía, ciencias naturales, sabía ubicar países a mis 18 años...pero desconocía de política porque sólo de ver esa palabra me daba flojera. Pero cuando ella me habló de política, a solas, en la cafetería, me nació el gusto. Me hablaba de cosas tan injustas que sucedían ahí y de como nos veían los políticos y yo que sentía que enardecía la sangre, y pienso que si se te "calienta la sangre" cuando te hablan de temas de índole político y te surge la necesidad de debatir, sin duda hay gusto por esa rama.......si tu sangre se mantiene dormida cuando te hablan de política, darse la vuelta es buena opción. Ahí en la Universidad me obligaron a leer "El Príncipe"......en un acto de ignorancia e ingenuidad entendí mal y compré "El Principito" jjajajajaja, pero rectifiqué mi error y compré el de Maquiavelo y créanme que comprendí muchas cosas......a partir de ahí comencé a leer más, a estudiar mas, y todo se intensificó cuando me ponían a hacer extensos ensayos y resúmenes que me dejaban unas ojeras terribles. Todo ello logró lo que a continuación diré:

Actualmente estudio otra nueva carrera, ya soy una mujer más grande pero no llego a los 30 y estoy a años luz de mi adolescencia, y me tocó entrar con adolescentes, y honestamente, cuando conoces tu área las principiantes no te parecen un reto. Cuando ellas pasan, por ser tan jóvenes y tener otros intereses, no le ponen ganas a sus exposiciones y algunas sólo pasan por pasar, otras quieren pero no pueden, me refiero a que tienen las agallas para enfrentar a un publico y nervios de acero pero por no leer ni estudiar se quedan  pobres de palabras por su pobreza cultural lingüística......incluso me recuerdan a los ancianos cuando se les olvidan las cosas y hacen toda una maniobra para que entre todos ayudemos a recordarle la palabra xD, hacen circo maroma y teatro por atrapar esa mentada palabra que se les va........y si no la atrapan, cambian abruptamente y torpemente de tema.....créanme, eso se ve torpe, hay que leer. Ellas mismas reconocen que soy la mejor exponiendo y se admiran tanto que se me acercan a  preguntar cómo le hago, que técnicas utilizo, me piden consejos , me preguntan qué leo para saber defenderme.......Lo hago tan bien que me eligen de líder en todos los equipos, ¿ves porqué es bueno hacerte de buena fama al exponer? La gente se da cuenta si lo haces excelente y te ven como una torre en la cual refugiarse, me gusta mandar y dirigir y gracias a que expongo bien, logro que me elijan sin necesidad de postularme.

Al grano: ¿Cómo ser buen expositor?

  • Parece tonto, pero conocer tu tema es un gran aliado, pues sabrás qué decir y defender tu tema.
  • No improvisar es la clave. Recuerda que la improvisación le queda a la perfección a una persona muy extrovertida, pero se supone que si estás leyendo ésto es porque eres una persona introvertida e insegura al estar parado al frente, así que nada de improvisaciones si no quieres hacer el ridículo.
  • Está prohibido carecer de riqueza lingüística, si careces de ello, vuelve al primer punto.
  • No te veas como un enemigo. Cuando solemos pasar al frente, el principal temor es a nosotros mismos, a cometer un acto involuntario....¿porqué temer a nosotros mismos? Cuando pasamos al frente solemos pensar inconscientemente que  tenemos dentro nuestro a otra persona diferente que nos va a traicionar y no debe ser así, ¿a poco cuando atraviesas la calle cuidándote las espaldas temes que tu propio yo te traicione y se ponga en medio de los carriles para que te atropellen? Lo mismo pasa con las exposiciones. 
  • Lo que nos hace quedar en ridículo son las reacciones físicas consecuentes de los nervios, la taquicardia es muy notoria en nuestras manos y voz, pues se acelera nuestra respiración y hablamos rápido, para ello debes seguir técnicas de relajación: respirar 3 veces de manera profunda para bajar el ritmo cardiaco, jugar con alguna pelotita o cualquier objeto minutos antes de pasar y piensa en el punto anterior, confiar en ti mismo.
  • Nunca mires a la gente, nadie se va a dar cuenta. Mira  al frente, pero sin mirar a nadie. Traza tres puntos imaginarios sobre el fondo del espacio que tienes de frente y ve intercalando tu mirada en esos tres puntos al aire, si hay una pared al fondo, procura no trazar imaginariamente esos tres puntos casi en el techo, no se trata de mirar arriba.....trázalos al centro , de un lado a otro, de modo que no involucre la mirada de tus compañeros.
  • Practicar en el espejo. Ésto sirve de mucho, pues al momento de practicar vas a fallar (imagínate si improvisaras a la hora de exponer), pero en la práctica solitaria, nadie verá tus equivocaciones. Equivócate, trábate al hablar o quédate sin palabras....es válido porque conoces tus limitaciones y errores y desde la práctica comienzas a enmendar tus errores. Así si te quedas sin palabras a la hora de exponer, sabrás que decir porque al practicar  procuraste ese detalle.
No es difícil lograrlo, la clave está en saber tener confianza en ti mismo, si se ríen, o se burlan, ellos no te hacen caer...caes tu mismo, la clave es saber ser un roble indestructible al que que ninguna planta trepadera le hace daño.